Ninguna molestia para los vecinos a causa del ruido.

«El impacto de los daños causados por las heladas se extiende por toda la cadena de suministro. Los clientes esperan que cumplas lo prometido. Es nuestra reputación la que está en juego y no podemos permitirnos perder espacio en los lineales, porque cuesta recuperarlo».

«Antes de tener los ventiladores de control de heladas, a veces utilizábamos helicópteros. Contratar un helicóptero cuesta unos 12 500 dólares; una vez agotados, se paga por horas. Antes de las 16:30 te toca decidir si los llamas para que vengan y los tienes en espera, aunque puede que no llegues a utilizarlos. Ahora que tenemos los ventiladores de control de heladas, no tenemos que tomar esas difíciles decisiones y dormimos mejor».

«Destacan por el área que abarcan, su facilidad de acceso al motor y grandes depósitos de combustible de 490 litros de capacidad. Además, New Zealand Frost Fans nos actualizó las antiguas aspas de aleación de nuestra maquinaria actual con las aspas de material compuesto FrostBoss® C39 (sistema de 3 aspas), que han resultado ser más silenciosas y eficientes».